Muchos consultantes acuden a terapia con el mismo problema ¨no paro de pensar¨, si bien estar todo el día creando ideas y escenarios imaginarios puede ser agotador, el problema real no es ese, es el contenido de estos pensamiento, que generalmente esta distorsionado y como consecuencia experimentamos emociones no tan agradables.
¿Y si fracaso? ¿Y si nunca me vuelvo a enamorar? ¿Que ocurriría si mañana me despiden del trabajo? Cada uno de estos pensamientos automáticos, son el producto de creencias limitantes, sin embargo, ese es tema para otro post, por ahora te compartiré una lista de cuestionamientos que puedes usar para examinar la validez y utilidad de un pensamiento.
Toma papel y lápiz, escribe ese pensamiento que te estuvo atormentando todo el día y pregúntate:
¿Cuál es la evidencia a favor de este pensamiento?
¿Cuál es la evidencia en contra de esté pensamiento?
¿Hay alguna explicación alternativa?
¿Qué es lo peor que podría ocurrir? (¿Podrías sobrellevarlo?)
¿Cuál es la posibilidad más realista?
¿Cómo te hizo sentir esté pensamiento?
¿Cuál es el efecto de tener este pensamiento? (¿Te beneficiaría cambiarlo?)
¿Cuál es la probabilidad de que ocurra esté pensamiento?
¿Qué le dirías a un amigo que estuviese en la misma situación?
Este ejercicio por si solo no detiene el habito de sobrepensar, ni mucho menos sustituye la psicoterapia, pero ayudara a que comprendas que no todo lo que esta en tu mente te beneficia, si buscas un mayor entendimiento de ti mismo y el mundo que te rodea, no dudes en buscar acompañamiento psicológico.